domingo, 7 de marzo de 2010

CELEBRAMOS CON LISÍSTRATA EL DÍA 8 DE MARZO

LISÍSTRATA, “la que disuelve los ejércitos”, “la que pone fin a la guerra”, como su propio nombre indica, es una precursora del pacifismo y del feminismo, servidos ambos en un mismo mantel.

Capitaneadas por Lisístrata, las mujeres de toda Grecia deciden poner fin a la guerra entre atenienses y espartanos. La heroína ha urdido un plan y erigiéndose en la jefa de una conjura panhelénica convoca a mujeres amigas y enemigas para demostrar a los hombres que la paz entre ambos pueblos es posible si se sustituye la fuerza bruta, la tozudez y la prepotencia por el sentido común, el diálogo y la razón.

El medio propuesto por Lisístrata para conseguir este objetivo es una “huelga de sexo”. Y de una huelga se trata y no de una simple abstención de relaciones sexuales, dado que afecta por igual y por igual perjudica a hombres y mujeres: todos pierden, todos tienen que reprimir su deseo sexual. Las mujeres soportan a duras penas esta falta de varón y se apoyan unas a otras para que su debilidad se vea reforzada por la fuerza del grupo. Sin embargo, son tenaces y les une un objetivo común, claro y noble que les hará salir vencedoras sobre los hombres, quienes tendrán que ceder y aceptar firmar la paz por retomar su anterior situación marital y poder calmar su deseo sexual.

La acción cómica se baraja entre estos cuatro elementos:
OBJETIVO: LA PAZ
MEDIO: HUELGA DE SEXO
ARMAS: COQUETERÍA
CONSECUENCIA: LA EVIDENCIA DE LA VALÍA FEMENINA

El primer requisito para que Lisístrata pueda liderar esta panhelénica empresa es la creencia en sí misma, en su capacidad y en el poder, la fuerza y la valía de las demás mujeres.

Difícil liderazgo el de esta mujer que se mueve en un mundo en el que las mujeres “no cuentan”, no disfrutan de derechos, permanecen encerradas en sus casas mientras se dedican a administrar sus hogares y a cuidar de sus hijos, siempre supeditadas a la voluntad de un varón que toma siempre las decisiones respecto a cualquier cosa, al matrimonio, a los hijos, al divorcio, al repudio y sin dejar de lado el nada despreciable inconveniente de la ausencia de educación o de instrucción en el conocimiento.

Lisístrata confía en la mujer, confía en sí misma, es, además de feminista muy femenina y entiende que su condición de mujer le dota de características y cualidades diferentes de los hombres pero de igual valía y se rebela contra la forma de pensar de hombres y mujeres que no valoran a la mujer y mantienen una postura machista.

No es una lider que pretende luchar con las armas de los hombres, sino que saca partido a todo aquello que va asociado a la condición femenina. No considera, pues, como una debilidad la coquetería femenina, más bien al contrario, entiende que ésta es su arma, la suya y la de las demás mujeres para obligar a los hombres a firmar la paz.

Y es por eso que nos parece Lisístrata una precursora del feminismo, porque confía en la mujer y en su poder, cree en su propia capacidad, valora las cualidades que la caracterizan como mujer, se enfrenta al hombre en igualdad de condiciones, no tiene complejo de inferioridad respecto de este, lucha contra un sistema sociopolítico que la excluye y la ignora como ciudadana y ser político capaz de tomar tan buenas decisiones, como mínimo, como el hombre en el marco de actuación ciudadana, y desarrolla todas estas cualidades y capacidades para conseguir la salvación de Grecia, para conseguir la paz; y es por ello, que Lisístrata nos parece una precursora del pacifismo.

He aquí un texto de Lisístrata:

LISÍSTRATA: Nosotras las mujeres, en la guerra os hemos aguantado con paciencia todas las tonterías que habéis hecho, porque no nos dejabais rechistar. Comiéndonos las lágrimas por dentro y con una sonrisa en nuestros labios os hemos preguntado con frecuencia: "¿Qué acuerdo habéis tomado en la Asamblea sobre la paz?", "¿Y qué sabes tú de eso, ni qué te importa a tí? ¡Mejor estás callada!", decía mi marido. Y yo, discretamente me callaba.
COMISARIO: ¡Te hubieran arreado por piarla!
LISÍSTRATA: Por eso yo en mi casa me callaba... Y cada vez hacíais cosas peores y nosotras volviamos a deciros:"Pero, marido mío, ¿por qué os portáis de forma tan estúpida?" y él mirándome de lado me decía: "¡Dedícate a tus lanas y a tus hilos! y entérate, ¡la guerra es cosa de hombres!"
COMISARIO: Mucha razón tenía tu marido
LISÍSTRATA: ¿Mucha razón tenía, mamarracho, si no se os podía dar un buen consejo ni aún cuando habíais metido bien la pata? Andabais pregonando por las calles "¿No queda ni un machote en el país?"
ISMENIA: ¡Por Zeus, que no queda ya ninguno!
LISÍSTRATA: Y puesto que "machotes" no quedaban, decidimos reunirnos las mujeres para salvar a Grecia todas juntas, enderezando todo de una vez.

Y he aquí una escena de la película "LISÍSTRATA" protagonizada por Maribel Verdú.

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