"Hacemos un viaje en el tiempo. Nos detenemos siglos de siglos atrás. Traspasamos las puertas del Olimpo. Se celebra un banquete. Brindamos alegres por los felices novios. Tetis, la bella Tetis, sonríe enamorada a su recién esposo. Peleo, mortal afortunado, levanta la copa orgulloso de ser esposo de la más hermosa de las ninfas. Todos los dioses asisten a las bodas. Nadie echa en falta la pérfida presencia de la odiada y temida a la vez diosa de la discordia. Todos los dioses asisten y poco después Eris entra en escena. Enmudecen los asistentes y atónitos observan la entrada triunfal de la maledicente y díscola diosa. Majestuosa, altiva, soberbia camina hacia los novios con venenoso presente. Deja un regalo de bodas. Una manzana rueda por la mesa nupcial. Una inscripción la acompaña: "Para la más bella" reza.·
Elige un personaje en este VIAJE EN EL TIEMPO. Colócate en su pensamiento y haz su monólogo tuyo. Dime quién eres y qué estás pensando.
YO SOY ERIS
Todo el Olimpo fue invitado a las bodas de Tetis y Peleo. Todos menos yo, ¿por qué? No lo sé. Yo me considero una diosa muy agradable, además, siempre alegro las fiestas haciendo que la gente discuta, porque ¿qué sería una fiesta sin alguna trifulca? En mi opinión un aburrimiento. Bueno que me voy del tema; el caso es que no me invitaron, por lo que me enfadé mucho, ya que era una boda que había organizado Zeus. Lo hizo porque Tetis lleva consigo una profecía que dice que el hijo que dé a luz será más importante que su padre, por lo que ningún dios quería ser su esposo, a pesar de que es una de las diosas más hermosas del Olimpo (como yo, claro... Bueno, vale, quizá no sea tan guapa como ella, pero tengo serpientes en lugar de pelo y eso es un punto a mi favor ¿no?) Así que Zeus decidió buscarle un esposo y eligió a Peleo, quien finalmente enamoró a Tetis y aceptó casarse con él. Por lo que el dios más importante les organizó una gran boda, en la cual, mientras comían, entré por las puertas, triunfal, iluminando toda la sala con mi regalo. Sí, yo, Eris, la diosa de la discordia, llevando un presente a una boda a la que no había sido invitada. Pero no creáis que soy tonta, mi regalo era la forma de vengarme, una manzana de oro en la que ponía “Para la más bella”. La puse sobre la mesa e inmediatamente Hera, Minerva y Afrodita se lanzaron a por ella, metiendo así a Zeus en el apuro de seleccionar a la ganadora. Pero fue astuto y decidió que fuera Paris, un pastor, quien tomara la decisión. Finalmente, el hombre eligió a Afrodita porque después de que las tres diosas le sobornasen, solo le interesó la promesa de la mujer más bella del mundo de Afrodita.
MARINA ANTÓN
4ºESO B
YO SOY PELEO
Sigo sin entender por qué Tetis no quedó prendada de mis viriles encantos desde el instante en que me vio. Muchas son mis virtudes, y yo sé que a más de una mortal le habría parecido fenomenal casarse conmigo. No obstante, las mortales que habitan en el Olimpo no estaban a la altura de mis requisitos. De hecho, hasta que el mismo Zeus me visitó para darme la noticia de Tetis, hasta entonces yo había perdido toda esperanza de encontrar una mujer que fuese de mi agrado. Eso sí, cuando Zeus me presentó a la diosa Tetis, una señal en mi interior se iluminó, todo apuntaba a que debía esposarme con aquella mujer encantadora. Ella, al principio, se mostró muy reacia, y cuando el dios Zeus nos dejaba solos para conocernos, apenas decía nada, y parecía verse obligada a tener que esposarse con un apuesto, viril y buen hombre como yo. Ciertamente, yo no lo veo una maldición, que digamos. Pero, con el paso del tiempo, la diosa recapacitó y se fue dando cuenta de que yo era el hombre ideal para ella y,de hecho, para cualquier otra mujer. De modo que aceptó que la tomase en matrimonio más contenta que unas castañuelas. Aun así, el meollo de la cuestión llegó el día de la boda.
Con todos los invitados allí, todo el mundo feliz y sonriente, nadie iba a imaginar que aquello se iba a chafar. Mi boca se abrió en extremo cuando vimos entrar a la poco agraciada Eris. La muy entrometida lanzó una manzana al medio de la mesa y nos fastidió el protagonismo a mi esposa y a mi. Y yo eso lo llevo fatal. La atención se la llevaron las tres bellas diosas del momento, que se abalanzaron sobre la manzana espectacularmente. No me enteré de lo que pasó después, pero aquello me dio mucha rabia. Le tengo que preguntar a mi buen amigo Zeus qué habrá pasado.
MARCOS CASADO
4ºESO B
YO SOY TETIS
Todo empezó cuando el mismísimo Zeus se fijó en mí por aquel entonces. Yo me consideraba atractiva y guapa y Zeus me deseaba desde un buen tiempo atrás. Pero en aquel momento, que podría haber sido una de las oportunidades de mi vida, la diosa Temis ya sabía de mi problema: el hijo que yo daría a luz sería más célebre que su propio padre, cosa que el principal dios del Olimpo no podía permitir.
Poco a poco se fue corriendo la voz y la noticia llegó a oídos de todos los dioses del Olimpo, lo que creó un gran rechazo hacia mí. Como Zeus no quería dejarme sola intentó casarme. Cuando conocí a Peleo, al que querían emparejar conmigo, pensé que era una estupidez y me negué rotundamente. Pero tuve la oportunidad de conocerle mejor y poco a poco ocurrió lo que nunca pensé que ocurriría: me enamoré de él, y él también me quería.
El día de mi boda me sentí más afortunada que nunca. Pensé que todo iba a ir genial, pero me equivoqué. Cuando se celebró el banquete y en el ambiente se percibía la alegría, todo cambió. Irrumpió en la sala la diosa Eris, que no había sido invitada, y lanzó una manzana dorada en la que se leía : "para la más bella". esto fue creador de una gran polémica y surgió una disputa por la manzana entre tres diosas, lo que acabó por estropearme el día, centrando la gente su atención en aquella manzana que traía la discordia.
CRISTINA JIMÉNEZ JIMÉNEZ
4ºESO C
YO SOY "TETIS"
Cuando Zeus me dijo que me tenía que casar con un mortal... ¡No daba crédito! yo había tenido algún rollito, pero casarme con uno... me parecía descabellado. Al principio, la primera vez que lo ví me pareció atractivo, pero fue su personalidad lo que me terminó conquistando.
El día de nuestra boda fue maravilloso pero cuando de repente apareció Eris, no me lo podía creer. ¿A caso alguien la había invitado? La muy desgraciada tuvo la poca vergüenza de presentarse y con una manzana de oro para la más bella. Y ¡como no! Afrodita y la mujer e hija de Zeus se pelearon por la manzana. ¡Menudo espectáculo! pero el resto de la boda fue bien.
MARÍA JUÁREZ
4ºESO C